Muy seguramente ya hayas escuchado en múltiples ocasiones del estuco en la construcción ya que es un material muy versátil que permite crear acabados para muros y techos de excelente apariencia y calidad.
¿Dónde se origina?
Aunque se han encontrado evidencias del uso del estuco en palacios y muros de antiguas civilizaciones como Mesopotamia, fue hasta la época del Renacimiento Italiano que su uso se populariza y aumenta su estado de perfección.
Uno de los estucos más conocidos es el llamado estuco veneciano, que surgió a inicios del siglo XV en Venecia. Su acabado resulta similar al mármol pulido, y se destaca por las múltiples tonalidades que puede alcanzar.
Ventajas del estuco
El estuco es un material muy versátil, según la técnica empleada, puede lograr gran variedad de texturas, embelleciendo espacios de manera fácil y rápida pues crea acabados finales de apariencia pulida y refinada.
Además, el estuco es muy resistente y tiene una larga duración, ¿Sabías que los romanos utilizaron este material para cubrir los muros de las famosas Termas de Pompeya? Así de resistente es el estuco. Y ya que es un material muy flexible es poco propenso a sufrir grietas o desperfectos a largo plazo.
Otra de las ventajas que ofrece es que es resistente a la humedad y de mantenimiento fácil, pues se ensucia muy poco, lo que lo hace un acabado final ideal para muros exteriores.
Por último, el estuco ofrece la ventaja de ser posible aplicarlo en cualquier tipo de superficie de construcción: block de concreto, tabique, ladrillo, tabicón, paneles de poliestireno, paneles de yeso, etc.